lunes, 19 de agosto de 2013

La sombrilla de ruán

     Te duele esta ciudad porque la llevas dentro


     Si durante la mayoría de meses del año el capillita puede camuflarse en Cuaresma, Semana Santa, Rocío, Corpus, o vírgenes de mayo o junio, el mes de agosto deja al descubierto al más jartible. Y es que al más discreto de los cofrades se le puede ver en algún concierto veraniego de marchas, besamanos, rosarios vespertinos o algún traslado o salida en procesión que tiene de extraordinario lo ordinario y quizá inapropiado. 

     Porque bajo el sofoco de las blandas luces veraniegas, una ventana de bar rancio puede convertirse a palo seco en un momento oportunísimo para celebrar cabildo sin necesidad de quórum. La rumorología de foros y nicks con antifaces de cualquier color bien da para un par de cervezas. 

     Francisco Robles, profesor, articulista de ABC de Sevilla, director y presentador de programas en Tele Sevilla, coordinador de la revista Pasión en Sevilla y director del Aula de cultura del ABC de Sevilla, entre sus libros dedicados a su ciudad destaco hoy Sevilla en el espejo, una recopilación de reflejos de la ciudad recogidos bajo apariencia de artículos periodísticos. Una mirada, en ocasiones, mordaz y auténtica de las sombras de la ciudad y sus gentes. Al igual que Núñez de Herrera retrató en el prohibido libro Teoría y realidad de la Semana Santa las contradicciones de las cofradías y sus lindes en los años 20, Robles nos deja su colmillito en un artículo titulado “La sombrilla de ruán”

... agosto está dando las boqueás, dentro de nada vienen las pascuas,
y todo se acelera hasta que llega la entrada de la Soledad sin que nos demos cuenta

     Los cuatro bañistas del apoteosis agosteña están sentados alrededor de una mesita plegable junto a cuatro rubias, cuatro: la veneración por la Cruz del Campo llega al extremo de no ingerir otro líquido que no sea la cerveza que marca su identidad hispalense. Suena Soleá dame la mano en un radiocasé que fue adquirido en Ivarte allá por el siglo pasado (…) 

    Los cuatro rancios se explayan en la playa donde a estas horas de la mañana hay más sevillanos que en la Avenida de los Guiris, antes de la Constitución. 
(…) 

   Las cervezas se acompañan con ese manjar de tiesos que da nombre al individuo fatuo que presume de ser alguien y que en Sevilla se denomina con un vocablo musical que lo dice todo: papafrita. Los rancios de “la sombrilla de ruán”, tertulia cofradiera con estatutos en regla, están organizando una serie de actos que sirvan para rellenar el transito otoñal hasta los gozos presentidos de la Cuaresma. Conferencias, charlas, juegos de mesa perfumados por incienso, partidos de futbol sala, incluso un scalextrix cofrade con pasitos en vez de coches. 
(…) 

     Los cuatro cargos de la tertulia -presidente, vicepresidente, tesorero y secretario- no soportan la banalización de la Semana Santa en estos tiempos de consumismo cofradiero. Se consideran guardianes de la esencia de la fiesta. Por eso su sombrilla está fabricada con el tejido importado de la ciudad francesa de Rouen, que le da nombre al ruán. Por eso en el “radiocasé” de Ivarte no suena jamás una marcha que no sería, de corte fúnebre. Por eso el teléfono del presidente lleva el politono de las esquilas que porta el muñidor. Y por eso han convocado una reunión de urgencia para mañana, a las once y media en segunda convocatoria: tienen que nombrar al pregonero de la Ceniza, que esto ya está aquí y no hay tiempo que perder.

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