miércoles, 7 de diciembre de 2011

El poeta de lo vivido

También llamado Rafael Montesinos, el poeta del eterno Domingo de Ramos, el nazareno de la nostalgia. Nos evoca su obra a una infancia perdida que se recuerda con la tristeza del imposible regreso de lo vivido pero, a su vez,  es capaz de acercarnos la escena del nazareno vistiéndose en casa saltándose eficazmente las distancias espacio-temporales.
Portada de la revista conmemorativa

Este texto que os dejo es uno de mis poemas cofrades de cabecera, escrito el Viernes Santo de 1982.

En el patio, mi padre, con su túnica
negra, en la madrugada más profunda
de la clarísima ciudad, se ha puesto
solemnemente el negro capirote.

Silencioso es el rito, no aprendido,
sino heredado, yéndole en la sangre,
pues los siglos se ven hasta en la forma
de sujetarse el antifaz al rostro.

(Y silencioso y sin hablar con nadie,
el nazareno escogerá el camino
más corto...)

Oh padre mío,
cuánto silencio hay en este Viernes
tan lejos de mi vida,
cerrada para siempre la cancela
que a nadie espera ya.

Hoy la memoria escoge
el camino más corto para herirme

            Por cierto, nunca fue pregonero de la Semana Santa de Sevilla.

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